martes, 18 de octubre de 2011

ROSAS Y ESPINAS


Llegaste en tu viejo coche de segunda mano. Te miras de reojo en el espejo del  retrovisor para comprobar que todo está en su sitio. Respiras. Sientes  cómo el corazón que hace unos segundos parecía tranquilo comienza a acelerarse sin poder controlarlo. No estás acostumbrado a esto. Quieres que todo salga bien. Has esperado un pequeño aniversario para dar muestras del amor que sientes... No vistes de forma diferente para la ocasión. Te mantienes fiel a tus gustos y principios, tus tejanos, tu perilla y esos ojos que con una mirada dicen todo son tu identidad.
‘Puedes hacerlo’. Te detienes un segundo y cuentas el número exacto de rosas rojas, marca de tu amor. Parece que ya está todo. Incluso conservas un puñado de ilusión en los bolsillos. Así que tocas el timbre y esperas a que ella baje a tu encuentro como una tarde más ... cómo todas las tardes desde que os conocísteis.
Ese día llegaron unas rosas rojas preciosas que alegraron el día a la feliz chica.

Y diecisiete años después la chica sigue esperando su segundo ramo de flores, pero el timbre no sonó más por ese motivo.

Las espinas que llevaban las rosas son las que se clavaron en el corazón de esa chica, que espera sin perder la sonrisa y la ilusión a que un día vuelva a sonar el timbre y el chico de los tejanos aparezca con otro ramo sin espinas.

2 comentarios:

  1. Seguro que ese chico la sigue queriendo como el primer día a pesar de todo .... Te mereces un universo de flores porque eres la mejor. Muxu haundi bat zuretzako politta.

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  2. Opino igual que XXX.. un abrazo polita!

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